lunes, 30 de mayo de 2011

Con la ciudad a cuestas



viernes, 27 de mayo de 2011

La caída de los ángulos









miércoles, 25 de mayo de 2011

Estertor

lunes, 23 de mayo de 2011

Orto




viernes, 20 de mayo de 2011

Nadie se asoma

martes, 17 de mayo de 2011

Faralá




No es un anuncio. Tal vez se trate de un bodegón de calle, espontáneo. Paisaje después de la batalla. Los colores pueden con las sombras. ¿De dónde emergen los colores? Que si de los tintes. Que si de las mezclas. Que si de la irradiación. Que si de la materia bruta. ¿Vemos los colores con los párpados cerrados? Todo se desliza, sin permanecer, a través de una iridiscencia misteriosa. Nos alimentamos de colores.

lunes, 16 de mayo de 2011

Autógrafas



El poeta dedica; tienen sus manos algo de sacerdotal. Sus dedos están ungidos con la tinta sagrada. La tinta no es sagrada porque sea tinta, sino por las letras que configuran palabras. O acaso la tinta sí que es sacra porque en ella hay algo del origen primigenio, del cuerpo de la tierra que proporciona materia para plasmar palabras e imágenes. Y entonces acaso las palabras sí son blasfemas, porque las palabras nacen del cuerpo de la carne, que está hecho para el deseo, la memoria y el logos.

sábado, 14 de mayo de 2011

Barroco

viernes, 13 de mayo de 2011

Daguerre

lunes, 9 de mayo de 2011

Los adioses






No sé qué tiene este conjunto que lo tiene todo. No sólo los personajes, sino las vidas que hay en ellos. No sólo la actitud, una espera expectante ante la partida. No sólo la paralísis, instante contenido ante la ignorancia del qué afrontarán. Uno no ve sólamente en esta obra lo que hay hasta ese momento. Se intuye un futuro largo. La tradición migratoria de los habitantes de la tierra, que algunos con el tiempo olvidan, se consagra en la mirada de la artista. Y después en el tratamiento y manejo de los elementos. Inédito trabajo que da cuerpo al taller donde el arte sale de las manos que han formado siempre las expresiones humanas. Mery Maroto, su autora se ha quedado en el momento en que, cual demiurga, va a soplar e insuflar nueva vida a los seres. Ellos, la vieja la llevan pegada a su piel, a sus gestos hieráticos, a las sujeción de los hijos, a sus vestimentas, a la maleta.